Empresas españolas: de la dependencia global a la resiliencia tecnológica
El panorama descrito por el estudio de Reichelt Elektronik sobre los problemas en las cadenas de suministro refleja un momento de reconfiguración estructural en el tejido empresarial español más que una simple crisis coyuntural. El hecho de que el 94% de las empresas experimente disrupciones en la cadena de suministro indica una dependencia excesiva de mercados y proveedores internacionales, lo que pone en evidencia la fragilidad del modelo globalizado frente a tensiones geopolíticas y fluctuaciones económicas.
El problema de fondo no reside tanto en las interrupciones físicas del suministro como en el incremento estructural de los costes, especialmente de los componentes y la energía, que erosiona los márgenes empresariales y agrava la presión competitiva frente a proveedores más baratos. Esto evidencia una vulnerabilidad sistémica del modelo productivo español, caracterizado por una fuerte dependencia de insumos externos y una limitada autonomía tecnológica.
Las respuestas estratégicas —diversificación de proveedores, automatización y refuerzo de alianzas europeas— denotan una transición hacia modelos más resilientes, digitalizados y regionalizados, pero también revelan una brecha entre la intención y la capacidad real de implementación, dada la carga financiera y las barreras de inversión tecnológica. Asimismo, la preocupación por la ciberseguridad muestra que la digitalización, aunque necesaria, introduce nuevos riesgos que las empresas aún están aprendiendo a gestionar.
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