La carrera espacial de los data centers
Si los centros de datos espaciales se llegan a materializar algún día, se abriría una nueva frontera en la computación, donde la energía solar continua y las condiciones espaciales probablemente reducirían costes y emisiones al planeta. Sin embargo, me surge la idea de que también se podría consolidar el poder de unas pocas corporaciones con capacidad para financiar proyectos de escala astronómica, lo que podría acentuar la concentración tecnológica y la dependencia de actores privados.
Por otro lado, la carrera entre Bezos y Musk no solo es empresarial, sino geopolítica y ética. Llevar la computación al espacio plantea riesgos como la saturación orbital, y la militarización indirecta del entorno espacial. Además, surge el debate sobre el gobierno y la regulación: ¿quién legisla el uso de estas infraestructuras y garantiza un acceso equitativo? Si bien la promesa es aliviar la presión energética terrestre, el coste económico y ambiental del lanzamiento masivo de hardware podría contradecir los objetivos de sostenibilidad. En definitiva, esta iniciativa podría redefinir la relación entre tecnología, energía y soberanía planetaria, inaugurando una era donde la supremacía digital se dispute más allá de la atmósfera.
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