Commissioning o cómo mirar con ojos limpios un nuevo CPD

La rapidez con la que se ejecutan los proyectos, unida a la creciente complejidad técnica asociada a sistemas muy redundados y la interactuación de los mismos, sumadas a una falta de visión global, hacen necesaria la presencia de un tercero que supervise y valide todo el proceso contribuyendo a obtener un TCO optimizado.

Publicado el 08 Mar 2016

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Artículo escrito por Garcerán Rojas, socio y fundador de PQC

Han pasado ya más de 15 años de nuestra primera relación con las actividades de commissioning. Corría el año 2000 cuando nuestra aún muy joven empresa introdujo el concepto en cuestión a nivel de instalaciones en los sectores editorial y de la industria de la fabricación de telefonía móvil. El término commissioning casi ni se conocía en España, pero ya vimos en su desarrollo una apuesta de futuro que nos llevó a prepararnos concienzudamente en la materia.

Las primeras aplicaciones al sector de los data center fueron, por lo menos en lo que a nosotros respecta, en 2007, y estuvieron auspiciadas por empresas donde profesionales que venían de otros sectores, particularmente de la energía nuclear, quisieron tomar medidas similares a las allí adoptadas para garantizar, entre otras cosas, la calidad y la corrección en las instalaciones finales entregadas al cliente.

Estas empresas siguieron repitiendo un formato que ha ido extendiéndose en el sector. Han pasado muchos años y, lo que es más importante, muchas experiencias, pero el concepto como tal ha llegado, de forma inequívoca, para quedarse.

El commissioning, o comisionamiento como viene conociéndose, cada vez más, dentro de los países de habla hispana menos dados a los anglicismos, es una actividad cuyo origen data de los primeros años de la década de los 80 para su aplicación en la construcción de edificios, a partir de las experiencias acumuladas en el sector industrial y, sobre todo, en la construcción de navíos para la Marina.

Y tal actividad existe porque, históricamente, los diseños, construcciones y puestas en marcha tradicionales han generado, con demasiada frecuencia, situaciones y resultados que se alejan notoriamente de las expectativas del cliente.

Este tipo de trabajo se encontraba centrado original y fundamentalmente en los sistemas de climatización, dada la elevada proporción de casos donde esa especialidad era el origen de las controversias. De hecho, era muy habitual hablar del “commissioning by complaints”, es decir, llevar el proceso hasta el punto donde ya no existieran quejas o reclamaciones del usuario y éstas casi siempre tenían que ver con asuntos de confort y estos, a su vez, con las instalaciones de HVAC.

La necesidad de revisar
Aquellos usuarios que han afrontado con una cierta frecuencia la construcción de nuevas obras, conocen perfectamente que las instalaciones rara vez funcionan a la primera, e incluso tiempo después, como estaba previsto. Por otro lado, aquellos usuarios ocasionales, cuya experiencia en la construcción no es tan frecuente, sienten erróneamente que los problemas asociados a la puesta en marcha son parte del proceso de construcción.

Las prisas, fruto de la feroz competencia en la ejecución de los proyectos, la asunción de éstos por parte de determinados constructores que los “regalan”, el habitual copia-pega inherente a una reducción de tiempos y costes, la creciente complejidad técnica asociada a sistemas muy redundados y la interactuación entre los mismos, la falta de visión global, etcétera, están conduciendo hacia escenarios donde la presencia de un tercero que suponga una mirada de “ojos limpios” resulta claramente aconsejable.

Está demostrado que la supervisión y validación de ese tercero sobre todo el proceso de un proyecto, tanto más cuanta mayor su singularidad, criticidad (MCFs) e inversión, al final conduce a una sustancial mejora en los resultados, contribuyendo de forma indudable a lograr un TCO optimizado. Según el National Institute of Builiding Sciences, el propietario de un centro de datos, sólo en los primeros 5 años de actividad, puede obtener unos ahorros de hasta 4 dólares por cada 1 dólar invertido en comisionamiento.

Según ASHRAE 0-2005, el comisionamiento es un proceso orientado desde la calidad, para verificar, documentar y conseguir que el funcionamiento de las instalaciones, sistemas y conjuntos se corresponde con los criterios y objetivos definidos.

El objetivo es, por tanto, muy claro. Que lo proyectado cumpla con los requerimientos del cliente (OPR) y que lo finalmente construido y en operación, cumpla exactamente con lo proyectado.

En una aplicación genérica, para completar un comisionamiento, deben desarrollarse hasta 11 actividades, como son, el planteamiento de los requerimientos de partida, la creación del documento con las bases de diseño y el Plan de Comisionamiento, la revisión del diseño, la verificación de la construcción en su concordancia con el proyecto, los ensayos prefuncionales, los funcionales en relación con los OPR, la preparación de manuales, la capacitación del personal, la elaboración del informe final y la nueva toma de datos una vez ocupada la instalación.

Los aspectos más habituales en el análisis del cumplimiento de los OPR son, entre otros, las características técnicas básicas, siendo un elevado número de ellas a considerar, los precios, los plazos y las certificaciones.

Los cinco pasos clave
Más allá de los detalles técnicos propios de cada parte de un proceso de commissioning al uso, vamos a realizar un somero repaso sobre las peculiaridades que rodean a este tipo de actividad enfocada directamente a nuestro mundo del centro de datos. Se podría resumir en 5 niveles que son ensayos en fábrica, recepción de componentes en obra, montaje según proyecto, ensayos individuales y ensayos integrados (IST), además de la revisión del proyecto.

No hay proyecto actual de data center que se precie, que no incluya la actividad de comisionamiento, aunque a veces, dadas las premuras económicas y una cierta falta de visión, los alcances se reducen, limitándose casi exclusivamente a los niveles 4 y 5 (pruebas individuales e integradas) que suelen ser considerados como las partes no prescindibles.

Según recientes publicaciones de ASHRAE, existirían dos tipos de comisionamiento. Por un lado el conocido como formal y, por otro, el denominado como técnico

En el formal, la autoridad de commisioning (CxA) observa y revisa las labores de ensayo e inspección desarrolladas por diseñadores y contratistas de obra, que actúan como expertos. En el técnico el CxA no observa, sino que se constituye en el experto que se involucra en el proceso y aporta su conocimiento para la resolución de cada situación. Esto, en el mundo del data center cobra un especial significado ya que son muchas las disciplinas intervinientes y las interactuaciones entre componentes y sistemas, lo que presenta una situación donde un proceso sólo formal, aun concediéndole un alto rigor profesional, se queda corto. La presencia de un auténtico especialista involucrado de lleno en el proceso resulta, a todas luces, esencial, pero no sencillo de saber identificar (como en otras disciplinas del data center existen, también en esta, expertos de toda la vida pero de nuevo cuño).

En ambos casos, se trata, además de todos los demás apoyos que se aportan al resto de actores intervinientes, de documentar, documentar y documentar, de forma que la instalación resultante disponga de un completo y correcto conjunto de información sobre la que fundamentar la parte más importante de un data center, es decir, la operación del día a día y el mantenimiento.

Rematar el final de obra es una asignatura pendiente en todos los sectores, y el nuestro no es precisamente una excepción, pero cuando existe un buen comisionamiento, la tarea es mucho más sencilla.

El Plan de Commissioning es, por otra parte, un documento que debe ser muy vivo y de constante adaptación a la realidad de la evolución del proyecto y, sobre todo, ser un Plan específico para ese proyecto. Un proyecto, un Plan. Y si no tienes un plan, entonces lo que estás haciendo es planificar el fallo.

Cada vez más, el desarrollo de este tipo de trabajo, es decir, que en el proyecto en su globalidad quede cubierto este rol, es una condición exigida para numerosas certificaciones (se trata de un prerrequisito para conseguir la certificación LEED y una condición a cumplir para otras habituales en lo que a topologías, operación y mantenimiento se refiere, como Uptime Institute, Icrea y otras).

Revisiones sobre el diseño
Las experiencias nuestras en los comisionamientos aplicados a las distintas fases de un centro de datos, es decir, diseño, construcción y ensayos, tanto individuales como IST (ensayo general del conjunto del sistema) no ofrecen lugar a la duda. En todos los casos han existido apreciaciones que han justificado plenamente la incorporación del servicio, siendo de destacar especialmente dos etapas en cada uno de los procesos.

Por un lado, las revisiones sobre el diseño, que han supuesto la repetida aparición de situaciones de auténtica desviación respecto de los objetivos iniciales del cliente. Reseñar de forma especial, cómo, aunque pueda parecer mentira, un buen porcentaje de los proyectos analizados tenían mal resuelto el balance básico de potencias. Si esto se detecta a tiempo la situación puede reconducirse sin mayor incidencia. Pero si el encargo se produce ya en una etapa avanzada de construcción, el asunto tiene difícil remedio (existen casos donde data centers con los más altos niveles de certificación internacional no cumplen con los OPR).

Por otra parte, es en las fases de ensayos donde aparecen el resto de desviaciones más notorias y que, en una gran mayoría, tienen que ver con detalles de difícil revisión en la etapa de diseño, y fundamentalmente relacionados con el funcionamiento de los numerosos sistemas de control de las distintas especialidades existentes.

Ello no quiere decir que el resto de fases no presente más ejemplos de aspectos a corregir, pero la proporción es significativamente menor.

La independencia en la revisión del CxA es otro aspecto clave para el desarrollo correcto del proceso, siendo actualmente uno de los puntos de conflicto entre la propuesta en su más pura esencia y la realidad. El hecho de que en muchos proyectos se disponga de un solo presupuesto y la dificultad que conlleva sacar cada nueva licitación, hace que estemos observando con preocupante frecuencia la inclusión del proceso de comisionamiento dentro del paquete de actividades de construcción, en el mismo contrato. Al igual que lo mencionado anteriormente, aunque concedamos todo el rigor profesional al CxA, no dejará de tener que reportar, no directamente ante el cliente final como sería lo ideal, sino ante quien se ve afectado directamente por su juicio y ello siempre tiene connotaciones.

Por último, citar quizá el aspecto más influyente en el resultado final que no es otro que el del equipo humano. Como en tantos otros roles que rodean al data center, los miembros del equipo son los que determinan la auténtica diferencia.

Por ello, y al tratarse de expertos en toda la extensión de la palabra, deben, en primer lugar, saber de esto, y quien les contrata con capacidad para determinar si ello es cierto o no. Luego disponer de una experiencia suficiente en tareas similares, ya que el conocimiento del proceso contribuye notablemente al éxito.

Tener la visión general para poder analizar con garantías un proyecto desde su mismo diseño, no está al alcance de muchos. Acertar con la elección no es, por tanto, sencillo, y al equipo presente debe añadirse otro de permanente apoyo y altamente cualificado. Un back office de garantías y en toda regla.

El CxA representa, por tanto, los intereses de la Propiedad. Son sus ojos en el proceso, unos ojos que deben encontrase limpios de otros intereses, velados o no, en el mismo proceso y que deben determinar con total claridad la correspondencia de lo construido con los proyectado.

Cuando un proyecto cumple los requisitos del cliente, habiendo sido diseñado, construido y probado para operar según las expectativas, todos los involucrados en ese proyecto resultan ganadores. De la capacidad del comisionamiento para cerrar el círculo, cada vez hay, afortunadamente, más y mejores ejemplos.

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Cristina López

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