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En verano los ciberataques repuntan por vectores de entrada desprotegidos



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En el verano de 2025, la atención en ciberseguridad baja mientras los delincuentes digitales aprovechan redes públicas y puntos ciegos. Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad, España sufrió 97.348 incidentes el año pasado, un 16,6% más que en 2023

Publicado el 11 ago 2025



Ciberataques en verano repuntan por vectores de entrada desprotegidos

El verano deja rutinas más flexibles y oficinas con plantillas reducidas, lo que facilita fallos en la vigilancia. Los vectores de ataque son rutas de acceso que aprovechan vulnerabilidades o errores humanos. En 2024 se detectaron 183.851 sistemas con brechas identificadas, listos para ser explotados con técnicas como phishing o descargas de malware.

Un vector de ataque no crea la vulnerabilidad, sino que permite explotarla sin ruido. “Analizar los puntos ciegos de la red es tan crucial como reforzar sus muros”, explica Ignasi Nogués, experto en ciberseguridad. Con menos personal en soporte técnico, las rendijas digitales quedan sin supervisión, y aumentan las puertas traseras abiertas.

Vectores más frecuentes de ciberataques

Entre los métodos de infiltración, destacan tres categorías clave: Físicos: robo de equipos y acceso no autorizado a instalaciones. Digitales: software sin parches, contraseñas débiles o comprometidas. Ingeniería social: campañas de phishing y pretexting cada vez más personalizadas.

Ignorar cualquiera de estos canales puede derivar en robo de datos, fraudes económicos o parálisis de servicios críticos. En el último año, casi la mitad de los incidentes fueron fraudes en línea, según INCIBE.

Estrategias de protección

La seguridad efectiva combina tecnología, formación y cultura organizacional. Para anticiparse a los vectores de ataque, se recomiendan estas acciones: mantener el software siempre actualizado, aplicar autenticación multifactor, y cifrar los dispositivos móviles. Además, es vital educar al personal en detección de enlaces maliciosos y campañas de ingeniería social.

Monitorizar credenciales filtradas mediante herramientas de Cyber Threat Intelligence ayuda a detectar fugas tempranas. Por último, realizar auditorías periódicas permite cerrar puertas traseras antes de un incidente.

Con el regreso de las vacaciones, la ciberseguridad ha de volver al primer plano. Identificar y sellar los vectores de ataque se convierte en el primer paso para evitar brechas que afecten a datos y operaciones.

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