El informe Impacto de la IA y los datos: la confianza como clave sitúa a España entre los países europeos más adelantados en la implementación de la IA. Un 48% de las empresas españolas ya se encuentran en fases avanzadas de uso de esta tecnología, mientras que un 53,4% dispone de infraestructuras optimizadas de datos, muy por encima del 36,1% global.
Estas cifras confirman un entorno empresarial donde la IA no se percibe como un experimento, sino como una herramienta de transformación real. Además, el estudio señala que un 11% de las organizaciones españolas combinan un alto nivel de confianza en sus sistemas con prácticas sólidas de IA responsable, frente al 9% europeo, lo que evidencia una madurez creciente en el desarrollo tecnológico nacional.
Retos en la dirección y los costes
A pesar de los avances, el informe destaca dos obstáculos que frenan el ritmo de implantación de la IA. Por un lado, la falta de implicación de los equipos directivos, un problema 6,9% más frecuente que la media global. Por otro, los costes de desarrollo e integración, que superan en 3,7% el promedio mundial.
Ambos factores limitan la expansión de proyectos incluso en organizaciones con bases sólidas de datos y tecnología. A ello se suma la escasez de personal especializado, un desafío común a nivel internacional, y la necesidad de mejorar la gestión de los datos para garantizar la coherencia y la calidad de la información.
El director general de SAS para España y Portugal, Guilherme Reis, considera que el país “está preparado para liderar una inteligencia artificial ética y de alto impacto”, pero advierte de la urgencia de “implicar más a los directivos y asegurar la inversión necesaria para que la IA genere valor sostenible”.
Un entorno regulado y confiable
El estudio también apunta que España opera bajo un marco regulador más exigente que el promedio mundial, lo que refuerza la confianza pero añade presión a las empresas. Estas enfrentan más restricciones para compartir datos con terceros (+11%), y una mayor obligación de cumplir estándares específicos en los algoritmos (+8%).
Asimismo, las compañías españolas muestran una clara preferencia por proveedores locales (+12%) y exigen más garantías de cumplimiento de políticas internas (+16,5%), confirmando un entorno donde el control y la seguridad pesan tanto como la innovación.
Según el informe, este contexto regulador no se percibe como una barrera técnica, sino como un factor que condiciona el ritmo del desarrollo. España, por tanto, avanza en la dirección de una IA segura, ética y transparente, aunque con desafíos económicos y organizativos que requieren atención.
Ética, confianza y datos de calidad
La confianza y la ética aparecen como prioridades para las empresas españolas. El estudio destaca un compromiso superior con la imparcialidad y la ausencia de sesgos (+5% respecto al promedio global). Sin embargo, persisten dos obstáculos principales: la calidad y coherencia de los datos, un 10% más problemáticos que en otros países, y los costes de almacenamiento y procesamiento, mencionados con un 15% más de frecuencia.
El panorama muestra un sector que apuesta por una IA responsable, pero que necesita mejorar la gestión de datos y reducir costes para consolidar los avances logrados.






