La compañía sostiene que la inteligencia artificial dejará atrás los proyectos piloto para pasar a la producción. Según estas previsiones, las organizaciones tratarán de extender la IA a toda su estructura, apoyándose en datos unificados, gobernados y accesibles. NetApp advierte de que las iniciativas suelen fallar por bases de datos débiles, lo que convierte la Infraestructura de Datos Inteligente en un elemento clave para automatizar la preparación, la organización y el acceso a la información necesaria para entrenar y operar estos sistemas.
La IA agéntica será otra de las tendencias del próximo año. Estos sistemas, capaces de actuar y aprender, requerirán un acceso rápido y fiable a datos empresariales distribuidos en entornos híbridos. La compañía indica que los modelos de datos unificados y las integraciones específicas con motores de IA permitirán escalar estas soluciones tanto en instalaciones propias como en la nube.
NetApp también prevé que las empresas trabajarán con datos gestionados de forma coherente en nubes públicas, privadas y locales. Esto facilitará ejecutar IA en el entorno más adecuado, con menor latencia y mejores condiciones de cumplimiento normativo.
Nuevas estrategias cloud y soberanía del dato
Las previsiones apuntan a un cambio en la adopción del cloud. Tras años de migraciones, las organizaciones darán prioridad a la colocación inteligente de cargas de trabajo. Las plataformas de datos unificadas ofrecerán criterios para decidir dónde funciona mejor cada aplicación, sin depender de un único entorno.
Otro factor será la creciente regulación sobre la residencia del dato. Los gobiernos endurecerán las normas y obligarán a crear espacios locales o soberanos. Las plataformas inteligentes automatizarán el cifrado, la gestión de políticas y el cumplimiento legal para reducir la carga operativa. Asimismo, el éxito en cloud se medirá por el valor obtenido a través de la información y no solo por el gasto, con un uso más extendido de la automatización y la observabilidad basada en IA.
En materia de ciberresiliencia, NetApp espera que la detección de brechas y la velocidad de recuperación se conviertan en los nuevos indicadores de referencia. Las amenazas actuales combinan cifrado, extorsión y reventa de datos, lo que exigirá respuestas automáticas y restauraciones casi inmediatas desde copias limpias. Las herramientas de seguridad impulsadas por IA dejarán de ser experimentales y se integrarán en la infraestructura como parte del funcionamiento habitual.
Modernización y acceso unificado a los datos
La compañía prevé que el gobierno del dato cobrará más importancia. El control de acceso, la seguridad, la privacidad y el seguimiento del linaje serán requisitos para desarrollar una IA confiable. La Infraestructura de Datos Inteligente incorporará estos elementos desde la fase de datos en bruto hasta la analítica avanzada.
Otro punto destacado es la desagregación. Las organizaciones escalarán capacidad y rendimiento por separado para optimizar la velocidad de sus cargas más exigentes sin aumentar de forma innecesaria el almacenamiento. También crecerá la adopción de modelos de consumo bajo demanda y la migración sin copias, orientados a modernizar sin interrupciones y sin duplicar datos.
Por último, NetApp subraya la necesidad de un acceso unificado mediante un único espacio de nombres a escala global. Con conjuntos de datos que superan la capacidad de un solo centro, esta vista continua permitirá que aplicaciones y usuarios accedan a la misma información en entornos on-premises y multicloud.
Las doce predicciones apuntan a un 2026 en el que la gestión y el uso inteligente de los datos serán determinantes para que las organizaciones operen, innoven y mantengan la seguridad de sus sistemas en un entorno digital cada vez más complejo.






