El nuevo estudio de Reichelt Elektronik, publicado este 6 de octubre, revela que el 94% de las empresas españolas ha sufrido los cuellos de botella en la cadena de suministro durante el último año. Sin embargo, la duración de los paros de producción es más reducida que en otras economías europeas. En España la media es de 17 días, frente a los 28 de Países Bajos, los 27 de Alemania, los 24 de Italia y los 21 de Francia.
Los problemas no se limitan a las interrupciones de producción. Un 32% de las empresas españolas reconoce dificultades para obtener componentes. Entre ellos destacan las piezas de repuesto para dispositivos (39%), los semiconductores (33%) y las piezas para herramientas y maquinaria (31%).
El precio de los componentes, un reto mayor
El informe señala que el principal obstáculo es el aumento del precio de los componentes críticos, un problema que afecta al 84% de las compañías. Este impacto supera incluso al de los cuellos de botella en la fabricación, que alcanza al 66%. A ello se suma el encarecimiento energético, señalado por el 70% de las empresas, y la presión de proveedores más baratos, que afecta al 62%.
Las consecuencias se reflejan en la carga financiera: el 76% de las compañías considera que atraviesa un estrés económico significativo debido al contexto internacional y un 65% señala que la situación nacional también agrava sus dificultades.
Para responder a este escenario, el 46% ya ha optado por diversificar su cadena de suministro y un 51% tiene previsto hacerlo. Además, la mitad apuesta por reforzar la relación con proveedores locales y un 48% incrementa la atención a la ciberseguridad.
Automatización como herramienta de resiliencia
El estudio destaca que la automatización se consolida como estrategia clave. Dos de cada cinco empresas ya han invertido en ella, mientras que un 48% planea hacerlo próximamente. Además, un 43% optimizó las soluciones tecnológicas con las que contaba.
Los ámbitos donde más se ha aplicado la automatización son la gestión de inventarios (59%), la tramitación de pedidos (59%) y el seguimiento de envíos (44%). No obstante, persisten dificultades como la elevada inversión inicial (33%), la dependencia de proveedores (29%) y los riesgos de ciberseguridad (25%).
Europa como aliado estratégico
Las tensiones internacionales marcan la agenda empresarial. La guerra en Ucrania y el conflicto comercial entre Estados Unidos y China son percibidos como las principales amenazas, con un 59% y un 58% de menciones. También preocupan las fricciones entre la Unión Europea y China (57%) y el aumento de los aranceles estadounidenses (52%).
En respuesta, las compañías españolas refuerzan alianzas dentro del continente. Un 46% firmó acuerdos con empresas del norte, oeste y centro de Europa, y un 38% planea hacerlo en los próximos meses. La cooperación con el sur y el este europeos también gana peso, mientras que las alianzas fuera del continente son menos frecuentes.
Las demandas al Gobierno se centran en reforzar el mercado único europeo, reducir la burocracia y apoyar la producción local de componentes críticos. En el ámbito nacional, las empresas reclaman más apoyo a las pymes, inversión en infraestructuras digitales y respaldo a la investigación en nuevas tecnologías.