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La tecnología bajo demanda impulsa el crecimiento, pero dispara los costes



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Casi ocho de cada diez organizaciones consideran que la nube pública, el SaaS y la inteligencia artificial generativa son claves para su crecimiento, aunque reconocen dificultades para controlar los gastos

Publicado el 12 sept 2025



Un estudio del Instituto de Investigación de Capgemini revela que tres de cada cuatro organizaciones superaron sus presupuestos en la nube pública

La adopción de tecnologías bajo demanda (On-Demand) se ha convertido en una pieza central de la transformación digital en múltiples sectores. Herramientas como la nube pública, el software como servicio (SaaS) y la inteligencia artificial generativa en la nube permiten a las empresas ganar agilidad y competitividad. Sin embargo, un estudio global del Instituto de Investigación de Capgemini advierte que el aumento de costes, la complejidad y la falta de gobernanza ponen en riesgo la rentabilidad de estas inversiones.

El informe, titulado La paradoja de la tecnología bajo demanda: equilibrar la velocidad y el gasto, señala que tres de cada cuatro organizaciones superaron sus presupuestos en la nube pública, con un exceso medio del 10%. Además, el 68% gastó más de lo previsto en inteligencia artificial generativa y el 52% en SaaS. Entre las principales causas destacan la infrautilización de recursos, las compras descentralizadas y la falta de transparencia sobre los costes.

A pesar de estas dificultades, el 77% de los ejecutivos encuestados afirma que la escalabilidad y el rendimiento de la nube resultan esenciales para la innovación y la competitividad. De hecho, se espera que la proporción de inversión en tecnologías bajo demanda pase del 29% al 41% del presupuesto total de TI en el próximo año.

Riesgos en seguridad y rentabilidad

El estudio también detecta un crecimiento de la llamada TI en la sombra, es decir, adquisiciones realizadas fuera del control de los departamentos tecnológicos. Según los datos, el 59% del gasto en inteligencia artificial generativa y el 48% en SaaS se decide desde las unidades de negocio, lo que genera ineficiencias y vulnerabilidades de seguridad. Casi todos los directivos admiten haber eludido los procedimientos oficiales de TI para realizar compras.

En cuanto a los resultados obtenidos, solo el 29% de las organizaciones logró el ahorro esperado con el SaaS, el 33% alcanzó la calidad deseada en servicios en la nube y el 38% experimentó una innovación más rápida gracias a la inteligencia artificial generativa. Es decir, los beneficios previstos no siempre se materializan en la práctica.

FinOps y sostenibilidad, dos asignaturas pendientes

El informe subraya que la disciplina FinOps, destinada a optimizar los costes de la nube y maximizar su valor, sigue poco desarrollada. Aunque un 60% de las organizaciones utiliza herramientas de gestión de costes, solo el 37% analiza su eficacia y actúa en consecuencia. Apenas el 2% de las compañías que tienen equipos dedicados a FinOps abordan de forma integral la nube, el SaaS y la inteligencia artificial generativa.

Otro aspecto señalado es el impacto medioambiental. Más de la mitad de las organizaciones reconoce que el uso ineficiente de estas tecnologías provoca un consumo excesivo de energía y mayores emisiones de carbono, pero solo el 36% cuenta con una estrategia para integrar la sostenibilidad en sus operaciones. El informe sugiere medidas como optimizar el almacenamiento, desconectar recursos inactivos o programar cargas de trabajo para reducir costes y emisiones.

Un reto global en expansión

La investigación se basa en una encuesta realizada en mayo de 2025 a 1.000 ejecutivos de empresas con ingresos superiores a 1.000 millones de dólares, pertenecientes a 12 sectores y 14 países de América del Norte, Europa y Asia-Pacífico. El documento se completa con entrevistas en profundidad a diez responsables de grandes compañías.

Las conclusiones muestran que la tecnología bajo demanda avanza con fuerza, pero exige nuevas prácticas de gestión y control. Sin transparencia en los costes, sin disciplina financiera y sin integración de criterios de sostenibilidad, las organizaciones corren el riesgo de perder parte del valor que buscan con estas herramientas.

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