La Universitat Politécnica de València (UPV) está trabajando en el desarrollo en un chip cuántico reconfigurable, un dispositivo que podría transformar la manera en que se procesan y protegen los datos en sectores como las comunicaciones y la seguridad digital. Este objetivo toma forma a través del proyecto QUANTUMABLE-2, centrado en fabricar y poner a prueba las piezas que harán posible este nuevo tipo de chip basado en luz.
El proyecto forma parte del Plan de Comunicación Cuántica de la Comunitat Valenciana, en el que colaboran la Universitat de València, la Universitat Politècnica de València, la Universidad de Alicante y la Universidad CEU Cardenal Herrera. Juntas, estas instituciones están impulsando una nueva ola de innovación para situar a la Comunitat Valenciana como referente en tecnologías cuánticas aplicadas a ámbitos como las telecomunicaciones, la ciberseguridad o la salud.
En este sentido, Jose Capmany, responsable del proyecto, ha destacado que “la ciencia cuántica no avanza solo dentro de los laboratorios, también se construye gracias a las alianzas entre universidades, al talento compartido y a la apuesta por una investigación pública fuerte”.
Un campo emergente que crece a gran velocidad
El proyecto se desarrolla dentro de la fotónica integrada programable, un área de investigación que está ganando protagonismo en todo el mundo. Aunque el término pueda sonar complejo, la idea que hay detrás es sencilla: crear chips que funcionan con luz y que pueden adaptarse a diferentes tareas sin tener que fabricar uno nuevo cada vez.
Esta línea de trabajo se basa en una arquitectura diseñada por el grupo ITEAM-PRL de la Universitat Politècnica de València, ya transferida a la empresa spinoff iPronics Programmable Photonics.
Retos técnicos que acercan el futuro
QUANTUMABLE-2 afronta uno de los pasos más importantes del proceso: llevar los diseños teóricos al terreno real. Para ello, el equipo está fabricando y probando los bloques fotónicos que formarán el futuro chip cuántico reconfigurable. Esta fase es esencial para comprobar que cada pieza funciona correctamente y que pueden integrarse en un dispositivo completo.
Gran parte del trabajo se centra en conseguir que la luz circule por el chip con la menor pérdida posible, incluso cuando intervienen materiales distintos. También se exploran soluciones que permitan fabricar chips más compactos, un aspecto clave en aplicaciones cuánticas donde la precisión es fundamental.
Tal y como ha explicado el responsable del proyecto, “transformar un diseño sobre el papel en un chip real es uno de los retos más complejos, pero también el momento en el que las ideas empiezan a convertirse en tecnología”.
Un avance con proyección industrial
El objetivo global de QUANTUMABLE-2 es ampliar las capacidades de los chips fotónicos actuales para que también puedan trabajar con información cuántica. Si esta fase tiene éxito, permitirá avanzar hacia un prototipo que podría llegar a la industria.
Las comunicaciones y la seguridad digital son los sectores que más podrían beneficiarse de este avance. Se trata de áreas que serán esenciales en la transformación tecnológica de los próximos años.






