El informe de Hays señala que el 62% de las organizaciones considera la competencia con otras empresas como el principal obstáculo para atraer perfiles especializados. En un contexto de transformación digital y acelerado desarrollo de la inteligencia artificial, las compañías requieren talento en automatización y tecnologías emergentes. Además, el 58% de las empresas identifica la falta de salarios competitivos como desafío clave. Solo el 44% de los empleados está satisfecho con su retribución, lo que aumenta la rotación y dificulta la fidelización.
Más allá del salario
Los profesionales de IT otorgan prioridad al ambiente de trabajo y a una cultura organizativa que fomente la colaboración y garantice la pertenencia. El 74% de los encuestados afirma que estos factores influyen en su satisfacción, incluso por encima de la retribución económica. Asimismo, el 50% de los trabajadores demanda teletrabajo o modelos híbridos, considerando la flexibilidad como requisito para la conciliación. Otros elementos valorados incluyen oportunidades de desarrollo profesional, participación en proyectos innovadores y beneficios complementarios que refuercen el bienestar.
Escasez de talento técnico y regulación
La guía destaca que los profesionales en ciberseguridad, ingenieros de datos, consultores y auditores regulatorios siguen siendo los más buscados por las empresas. Estos roles combinan la capacidad técnica con el conocimiento de normativas para garantizar la seguridad y el cumplimiento en un entorno cada vez más digitalizado. La creciente automatización de procesos y el énfasis en la protección de datos elevan la relevancia de estos perfiles. Además, el informe resalta que el talento junior busca mentoría y formación continua, mientras el talento senior prioriza la estabilidad y el liderazgo en proyectos estratégicos.
Frente a este escenario, las empresas deben diseñar una propuesta de valor que vaya más allá de la oferta económica. La construcción de una marca empleadora sólida, la reputación digital, los planes de carrera estructurados y los procesos de selección ágiles y transparentes resultan esenciales. Solo así podrán satisfacer las expectativas del talento y posicionarse como organizaciones de referencia. De no adaptarse, las compañías corren el riesgo de quedarse fuera de la guerra por el talento en un mercado cada vez más competitivo.