noticia data center

España acelera su plan ante el riesgo cuántico



Dirección copiada

La computación cuántica alcanzará 173.000 millones de dólares en 2040, según estimaciones internacionales. España ha puesto en marcha la Estrategia de Tecnologías Cuánticas 2025-2030, con una inversión inicial de 808 millones de euros, para impulsar la investigación y preparar la transición hacia nuevos sistemas de protección de datos

Publicado el 24 nov 2025



España acelera su plan ante el riesgo cuántico

La computación cuántica avanza con rapidez y se prevé que alcance 173.000 millones de dólares en 2040 a nivel global, según estimaciones recogidas en la documentación oficial. El Gobierno ha presentado la Estrategia de Tecnologías Cuánticas de España 2025-2030, que contará con una inversión inicial de 808 millones de euros. Su objetivo es impulsar la investigación, fortalecer el tejido empresarial y preparar a la sociedad para un cambio tecnológico que transformará el procesamiento de información.

El desarrollo cuántico introduce un desafío para la ciberseguridad. Un ordenador cuántico puede romper con más velocidad los sistemas de cifrado actuales. Gran parte del tráfico cifrado, como TLS, VPN o correo electrónico, utiliza algoritmos vulnerables a estos ataques. Esto sitúa a gobiernos, empresas y entidades en un escenario en el que la protección de datos requiere nuevas medidas.

El reto de la encriptación ante el “Q-Day”

El uso de qubits, capaces de representar combinaciones simultáneas de 0 y 1, permite que los algoritmos cuánticos realicen operaciones complejas con mayor eficiencia. Ese avance afecta directamente a la ciberseguridad: los algoritmos tradicionales como RSA, ECC o DH pueden quedar expuestos cuando llegue el conocido “Q-Day”, momento en el que un ordenador cuántico pueda descifrar la encriptación actual.

El impacto no sería inmediato para el conjunto de usuarios, pero sí para los datos que requieren una larga vida útil de confidencialidad. Esta situación se relaciona con los ataques conocidos como “Harvest Now, Decrypt Later”, que consisten en interceptar datos cifrados hoy para descifrarlos en el futuro. Secretos de Estado, información médica, registros de defensa o investigaciones científicas quedarían expuestos si no se actualizan los sistemas de protección.

La transición hacia la criptografía postcuántica

La criptografía postcuántica agrupa técnicas diseñadas para resistir ataques de ordenadores cuánticos. Según el documento aportado, un gran número de empresas mantiene infraestructuras heredadas que presentan incompatibilidades con estas nuevas defensas. La transición resulta necesaria para anticiparse a los riesgos y reducir la vulnerabilidad del tráfico cifrado.

Organismos internacionales como el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) ya trabajan en los estándares de algoritmos PQC, que definirán el cifrado que se aplicará en los próximos años. España, con su estrategia cuántica, incorpora la privacidad y la protección de datos como elementos centrales de este proceso de adaptación.

El documento señala que distintas entidades ya impulsan planes de adopción de medidas postcuánticas para establecer una capa de seguridad adecuada al futuro del procesamiento de datos. Esta transición permitirá mantener la seguridad de infraestructuras críticas, comunicaciones sensibles y sistemas de información con requisitos de confidencialidad a largo plazo.

Un cambio tecnológico que marcará la próxima década

La extensión de la computación cuántica será una de las principales fuentes de crecimiento en el sector tecnológico durante los próximos años. El impacto será amplio, tanto en la industria como en la administración pública. La clave estará en adaptar los sistemas actuales para evitar que los datos almacenados hoy queden expuestos en el futuro.

La estrategia española se alinea con el impulso europeo para crear un ecosistema cuántico competitivo, con capacidad para llevar los avances de investigación al mercado y asegurar que el país participa en el desarrollo de esta tecnología. La ciberseguridad se convierte así en un eje esencial, ya que de ella depende la protección de información sensible y la continuidad de los servicios digitales.

Las organizaciones deberán actualizar sus infraestructuras, revisar sus protocolos y adoptar nuevas herramientas de cifrado. El riesgo no reside solo en la capacidad de un futuro ordenador cuántico, sino en la posibilidad de que datos interceptados hoy puedan verse comprometidos dentro de unos años.

Artículos relacionados