Las compañías que no integren inteligencia artificial (IA) en los próximos años afrontarán una pérdida de competitividad antes de 2028, según las previsiones expuestas en el informe. El sector vive una adopción acelerada que ya alcanza a casi una de cada cinco empresas españolas, impulsada por el avance tecnológico y por el uso cotidiano de estas herramientas en áreas técnicas y no técnicas.
La información señala que 2026 será un año de madurez tecnológica, en el que la IA dejará de ser experimental para convertirse en una infraestructura habitual. Las empresas priorizarán productos escalables y fiables, con prácticas de desarrollo similares al software tradicional. Este enfoque incluirá pruebas constantes y controles sistemáticos para garantizar resultados consistentes.
El documento indica que la hiperpersonalización se consolidará como tendencia central. Los servicios digitales se ajustarán en tiempo real al comportamiento del usuario, mientras que la automatización avanzada seguirá ampliándose para liberar recursos humanos y reorganizar tareas internas. Sectores como educación, industria, salud o transporte ya aplican estas tecnologías para mejorar la gestión de datos y su rendimiento operativo.
Impacto en sectores y organizaciones
Según la información aportada, no habrá un sector dominante, sino organizaciones con distinto grado de preparación. La clave estará en la capacidad para planificar y adoptar soluciones que integren talento especializado, arquitectura tecnológica y procesos internos adaptados. La IA será transversal y estratégica, con un valor descrito como tangible en su impacto operativo.
Las compañías que no integren estas herramientas tendrán menos capacidad para analizar datos, tomar decisiones y responder con rapidez a entornos cambiantes. La falta de adopción limitará su margen de maniobra frente a organizaciones que avancen en el desarrollo de sistemas inteligentes.
Lo que se espera para 2028
De cara a 2028, el documento prevé tres líneas de evolución: una democratización real de la IA mediante modelos más pequeños y adaptados a cada contexto, un incremento de su capacidad para generar texto, imagen y vídeo de forma automatizada, y el crecimiento de agentes inteligentes que servirán como asistentes personales y profesionales en la toma de decisiones.
Estas transformaciones acompañarán un proceso ya en marcha. La adopción masiva, la integración en los procesos internos y la adaptación al usuario marcarán la diferencia entre empresas competitivas y organizaciones que queden rezagadas.






