La creciente demanda de servicios digitales ha reforzado la necesidad de una alimentación ininterrumpida. Cualquier corte, por breve que sea, puede ocasionar pérdidas económicas y afectar servicios críticos. En paralelo, la optimización del consumo se ha convertido en un desafío central, ya que un menor gasto energético no puede comprometer la resiliencia operativa de las instalaciones.
Cómo funciona la infraestructura Catcher
La arquitectura Catcher, según Socomec, se basa en dos caminos eléctricos independientes, activos y sincronizados. Cada carga recibe alimentación por entrada dual (A-B), de modo que un fallo en el camino principal provoca una conmutación automática hacia el camino secundario. Esta transición, gestionada por sistemas de transferencia estática de alta velocidad como STATYS, se completa en milisegundos, sin interrupción perceptible. Los SAIs sincronizados operan en paralelo, lo que mejora el factor de carga y evita la infrautilización típica de los sistemas pasivos.
Con Catcher es posible lograr niveles de redundancia comparables a un esquema 2N sin duplicar toda la infraestructura. Esta configuración reduce tanto el capex como el opex, al tiempo que mantiene la disponibilidad 24/7. Además, el uso de SAIs modulares como DELPHYS XM permite alcanzar eficiencias superiores al 96 % incluso en cargas parciales, lo que se traduce en una reducción de la huella de carbono y un ahorro energético continuo.
Equilibrio entre fiabilidad y coste
La propuesta Catcher aporta un equilibrio entre fiabilidad y coste, un aspecto clave en el sector de los data centers. Frente a la presión por cumplir normativas de sostenibilidad y garantizar la continuidad del servicio, esta arquitectura ofrece una respuesta pragmática. Su adopción marca un cambio de enfoque, al priorizar la eficiencia operativa sobre la replicación completa de activos.
En definitiva, Socomec aclara que la arquitectura Catcher en un SAI representa un avance significativo para la industria de los centros de datos. Su implementación promete reforzar la estabilidad eléctrica y optimizar el consumo energético, dos pilares esenciales para afrontar la transformación digital en curso.