El crecimiento de la inteligencia artificial y la necesidad de procesadores más potentes están generando equipos que producen más calor. Ante este escenario, la refrigeración líquida se ha convertido en una opción clave para mantener la operatividad. La nueva gama Silent-Aire ofrece capacidades que van desde 500 kW hasta más de 10 MW, lo que permite a los operadores adaptar el sistema según sus necesidades.
Las unidades pueden instalarse junto a los equipos de mayor generación de calor o en el perímetro de la sala, lo que aporta flexibilidad en la configuración y la posibilidad de aplicar diseños híbridos. Con ello, los centros de datos pueden avanzar hacia sistemas de alto rendimiento sin comprometer la eficiencia.
Ahorro energético y escalabilidad
Según Johnson Controls, más del 30% de la energía de un centro de datos suele destinarse a refrigeración y funciones no informáticas. La compañía asegura que sus soluciones pueden reducir ese consumo en más del 50%, lo que en una instalación de gran escala supondría un ahorro suficiente para abastecer a más de 200.000 hogares al año.
La gama Silent-Aire se une a las marcas de gestión térmica York y M&M Carnot, que ya operan en centros de datos de todo el mundo. Esta integración busca ofrecer plataformas escalables que acompañen la expansión de la computación de alto rendimiento y el despliegue de nuevas generaciones de chips.
Fabricación y servicio global
Las nuevas CDUs se fabrican en Norteamérica, Europa y Asia Pacífico, con el apoyo de más de 40.000 técnicos de campo que garantizan mantenimiento y suministro de piezas. De esta forma, la compañía busca asegurar disponibilidad y soporte a escala global.
En 2025, la firma fue reconocida por la consultora ABI Research como uno de los principales proveedores de gestión térmica para centros de datos, destacando su capacidad de innovación y adaptación a la creciente demanda de infraestructura digital.
Con este lanzamiento, Johnson Controls refuerza su papel en un sector que avanza hacia mayor eficiencia energética y que se enfrenta al reto de sostener el crecimiento de la inteligencia artificial y la computación intensiva.