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La inteligencia artificial impulsa a las empresas hacia un punto de inflexión



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El 54% de las organizaciones obtiene ya retorno positivo de sus proyectos de inteligencia artificial, pero persisten retos en talento, infraestructura y ciberseguridad

Publicado el 21 oct 2025



La IA impulsa a las empresas hacia un punto de inflexión, según Kyndryl

La segunda edición del Readiness Report 2025 de Kyndryl muestra que la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un terreno experimental para convertirse en un factor decisivo en la estrategia empresarial. Según el estudio, basado en encuestas a 3.700 directivos de 21 países, más de la mitad de las organizaciones (54%) reportan un rendimiento positivo de sus inversiones en IA, 12 puntos más que en 2024. Sin embargo, la falta de preparación tecnológica y la escasez de competencias en la plantilla siguen marcando los límites de esta transformación.

Inversión en IA y presión por resultados

Las compañías han incrementado su gasto en inteligencia artificial un 33% de media respecto al año anterior. El 68% declara invertir de forma intensa en al menos una aplicación de esta tecnología. A la vez, tres de cada cinco ejecutivos reconocen que la presión por demostrar resultados es mayor que en 2024, y sitúan la ciberseguridad como el principal caso de uso.

El informe destaca una paradoja: el 90% de las organizaciones asegura contar con herramientas y procesos para innovar, pero más de la mitad admite que su infraestructura frena la escalabilidad de los proyectos. Además, un 62% de los programas de IA aún no han pasado de la fase piloto, lo que evidencia que la adopción avanza a diferentes velocidades.

La fuerza laboral, en el centro de la transición

La transformación tecnológica va acompañada de un reto humano. El 87% de los directivos cree que la IA cambiará de forma profunda los puestos de trabajo en los próximos 12 meses, pero solo el 29% considera que sus empleados están preparados para aprovecharla.

El déficit de competencias técnicas se combina con barreras culturales. Casi la mitad de los directivos reconoce que su organización ralentiza la innovación y que la toma de decisiones es demasiado lenta. Frente a ello, el informe identifica a un grupo de compañías pioneras, denominadas pacesetters, que priorizan la formación, la cultura organizacional y la coordinación del liderazgo, y que reportan menores incidencias de ciberseguridad y mayor capacidad de adaptación a las normativas.

España: más preocupación tecnológica, menos presión por rentabilidad

El informe también recoge datos específicos para España. El 81% de los ejecutivos españoles reconoce dificultades para mantenerse al día con los avances tecnológicos, frente al 60% de la media global. Esta percepción sitúa al país entre los que muestran mayor preocupación por la demora en la actualización de su infraestructura.

En cuanto a la presión por resultados, el 55% de los encuestados en España siente más exigencia que el año pasado, seis puntos menos que la media internacional. La ciberresiliencia aparece como un punto favorable: un 71% de las organizaciones españolas ha sufrido alguna interrupción por ciberataques, frente al 82% a nivel global.

El estudio también señala que en España se valora más el peso de las habilidades básicas y cognitivas dentro de la plantilla (41%), mientras que las competencias técnicas quedan ligeramente por debajo de la media internacional. En el ámbito de la nube, un 41% de las empresas españolas apuesta por comprender mejor la complejidad de la integración, frente al 36% de la media global.

Un momento de transición

El Readiness Report 2025 de Kyndryl concluye que la inteligencia artificial ha alcanzado un punto de inflexión. La tecnología empieza a generar retornos tangibles, pero la preparación de la infraestructura, el talento y la gestión de los riesgos determinarán la capacidad de las empresas para capitalizar su valor transformador.

La brecha entre confianza y capacidad, identificada ya en la edición anterior del informe, sigue vigente. El desafío, subraya el documento, será convertir la experimentación en resultados sostenidos, en un contexto de mayores exigencias regulatorias y presiones geopolíticas sobre el manejo de datos y la nube.

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