ANÁLISIS CENTROS DE DATOS

¿Quieres trabajar en un data center? Esto tienes que saber



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España, con 355 MW instalados y una inversión prevista de 58.000 millones hasta 2030, vive una expansión que abre oportunidades laborales estables y bien remuneradas en uno de los sectores tecnológicos más estratégicos del momento

Publicado el 21 nov 2025

Carlos Marcos

redactor de Data Center Market



¿Quieres trabajar en un data center? Esto tienes que saber
¿Quieres trabajar en un data center? Esto tienes que saber

El crecimiento imparable del ecosistema digital ha convertido a los centros de datos en el corazón de la infraestructura tecnológica mundial. Son el punto neurálgico desde el que se procesan, almacenan y distribuyen los datos que sostienen la vida cotidiana y la economía global. Cada mensaje enviado, cada compra en línea, cada operación bancaria o reproducción en streaming transita, en algún momento, por estas instalaciones altamente especializadas.

El mercado global de centros de datos se estima en aproximadamente 347.600 millones de dólares en 2024, con previsión de alcanzar 652.000 millones de dólares para 2030, según el análisis de Grand View Research.

Trabajar en un centro de datos significa integrarse en un entorno donde la precisión, la resiliencia y la actualización constante son esenciales. Es un sector que combina ingeniería, tecnología de la información, gestión de infraestructuras críticas y ciberseguridad, y que ofrece oportunidades laborales en expansión gracias a la creciente demanda de servicios en la nube, inteligencia artificial y conectividad global.

En las siguientes líneas se abordan los pilares fundamentales para entender cómo funciona este ámbito profesional: los perfiles más demandados, las competencias técnicas necesarias, las certificaciones y estudios que facilitan el acceso, así como las perspectivas de desarrollo en un sector clave para el presente y el futuro digital.

La importancia de los centros de Datos en el panorama actual

Los centros de datos han dejado de ser simples infraestructuras repletas de servidores para convertirse en auténticos núcleos del ecosistema digital. En ellos confluyen la computación, las redes, la energía y la ciberseguridad, conformando el soporte esencial de la economía conectada. Su papel se ha reforzado con el auge del cloud computing, la inteligencia artificial y el internet de las cosas.

España ya ha alcanzado una capacidad instalada de 355 MW según el informe de Spain DC, La inversión estimada hasta 2030 podría alcanzar los 58.000 millones de euros. En nuestro país el sector atraviesa una fase de fuerte expansión impulsada por la extensa red de fibra óptica y por la posición estratégica del país como punto de conexión entre Europa, África y América. Madrid, Barcelona y Bilbao se han consolidado como polos de desarrollo, atrayendo proyectos de grandes compañías como Amazon Web Services, Google o Microsoft, junto con operadores nacionales que refuerzan el tejido tecnológico local.

En este contexto, el trabajo del técnico o ingeniero de un centro de datos adquiere una importancia crítica. De su pericia depende que los servicios digitales funcionen sin interrupciones en un entorno donde cada segundo de inactividad puede traducirse en pérdidas millonarias. Aunque su labor suele pasar desapercibida, constituye uno de los pilares invisibles sobre los que se sostiene la transformación digital contemporánea.

Ventajas de trabajar en un data center

Trabajar en un centro de datos va mucho más allá de conectar cables o mantener servidores. Es asumir la responsabilidad de custodiar la infraestructura que sostiene la vida digital moderna: desde los servicios financieros y las comunicaciones hasta el entretenimiento y la administración pública. Los profesionales que operan en estos entornos combinan conocimiento técnico, disciplina operativa y un profundo sentido del trabajo en equipo. Su éxito no se mide por la visibilidad de su labor, sino por la estabilidad silenciosa de los sistemas que nunca deben detenerse.

Para quienes buscan un empleo estable, con proyección y un propósito tangible, los centros de datos ofrecen una carrera sólida y de largo recorrido. Es un ámbito para personas metódicas, serenas y con auténtica vocación tecnológica, que encuentran satisfacción en la precisión y en la fiabilidad. En definitiva, se trata de una profesión discreta pero fundamental: la que garantiza que el mundo digital siga funcionando, sin interrupciones, cada segundo del día.

Buenos sueldos

Pocas áreas del sector tecnológico combinan de manera tan equilibrada la estabilidad laboral con las oportunidades de crecimiento profesional. El empleo en centros de datos mantiene un ritmo sostenido de expansión, y las proyecciones apuntan a una demanda creciente hasta, al menos, 2030, con especial intensidad en Europa y Norteamérica.

El informe “Tendencias Salariales 2025” de Randstad señala que los salarios en el sector tecnológico en España para perfiles con más de seis años de experiencia pueden situarse entre 40.000 y 80.000 €/año. Para perfiles junior en tecnología, Randstad indica sueldos inicialmente más modestos, de entre 25.000-30.000 €/año como punto de partida.

Además de los salarios, sus principales atractivos son la seguridad en el empleo, la formación continua y la proyección internacional. Las empresas que gestionan centros de datos invierten de forma constante en la capacitación de su personal, abarcando ámbitos como la ciberseguridad, la automatización, la monitorización avanzada y la eficiencia energética.

Un entorno profesional estable y bien remunerado

Trabajar en un centro de datos en España ofrece una de las combinaciones más atractivas del sector tecnológico: estabilidad, especialización y una remuneración competitiva. Estas infraestructuras deben operar de forma continua (24 horas al día, los 365 días del año), lo que hace que el personal técnico y de ingeniería sea esencial para garantizar la disponibilidad de los servicios digitales que sustentan la economía.

Según datos de Glassdoor (2024), el salario medio nacional para un técnico de centro de datos (Data Center Technician) ronda los 41.000 euros anuales, con un rango habitual entre 35.000 y 45.000 euros. A medida que los profesionales adquieren experiencia y certificaciones, pueden acceder a puestos de mayor responsabilidad y especialización. Los ingenieros de instalaciones críticas (Critical Facilities), encargados de la gestión eléctrica, la climatización y los sistemas de respaldo, perciben una media de 59.700 euros al año, según estimaciones de SalaryExpert/ERI (2024).

Los perfiles de ingeniería de redes, esenciales para mantener la conectividad y la seguridad del tráfico de datos, registran retribuciones medias de unos 40.000 euros anuales, mientras que los administradores de sistemas dedicados a virtualización y automatización se sitúan en torno a los 32.000 euros, de acuerdo con los mismos informes.

Esta progresión salarial refleja la fuerte demanda de talento técnico en un sector en plena expansión. La combinación de formación continua, turnos regulados y la posibilidad de trabajar en entornos de última generación convierte a los centros de datos en un ámbito laboral sólido, con oportunidades reales de crecimiento y una remuneración acorde con la responsabilidad que implica mantener en funcionamiento el corazón digital del país.

Crecimiento profesional y especialización técnica

El sector de los centros de datos se distingue por ofrecer amplias oportunidades de especialización. Los profesionales pueden orientarse hacia ámbitos como la infraestructura eléctrica, la climatización, las redes, la seguridad, el almacenamiento o la virtualización, cada uno con competencias técnicas específicas y en constante evolución.

Dominar varias de estas áreas no solo amplía el perfil profesional, sino que también facilita el acceso a posiciones de liderazgo dentro de organizaciones que valoran la versatilidad y la excelencia técnica. En un entorno cada vez más complejo y automatizado, la especialización se convierte en un factor clave para el crecimiento sostenido y la proyección a largo plazo.

el trabajo del técnico o ingeniero de un centro de datos adquiere una importancia crítica. De su pericia depende que los servicios digitales funcionen sin interrupciones en un entorno donde cada segundo de inactividad puede traducirse en pérdidas millonarias. Aunque su labor suele pasar desapercibida, constituye uno de los pilares invisibles sobre los que se sostiene la transformación digital contemporánea.
el trabajo del técnico o ingeniero de un centro de datos adquiere una importancia crítica. De su pericia depende que los servicios digitales funcionen sin interrupciones en un entorno donde cada segundo de inactividad puede traducirse en pérdidas millonarias. Aunque su labor suele pasar desapercibida, constituye uno de los pilares invisibles sobre los que se sostiene la transformación digital contemporánea.

Requisitos esenciales para trabajar en un centro de datos

Desempeñarse en un centro de datos exige algo más que conocimientos informáticos genéricos: se requiere una mezcla sólida de habilidades técnicas, certificaciones reconocidas y una actitud operativa basada en la fiabilidad y la precisión.

Un aspirante a técnico o ingeniero en este entorno debe dominar la combinación de hardware, redes, sistemas físicos y operativos, entendiendo que en esta infraestructura cada segundo de inactividad afecta al servicio. Según los requisitos descritos por CompTIA, los candidatos suelen necesitar al menos unos dos años de experiencia práctica en entornos de servidores o equipamiento de centro de datos.

Además, los empleadores valoran certificados específicos de la industria, que ayudan a demostrar competencias técnicas iniciales. Y en un nivel más avanzado, certificaciones que validen conocimientos en redes, almacenamiento, automatización y seguridad dentro de dichos centros.

El perfil ideal combina formación técnica (grado o FP en informática o telecomunicaciones) o experiencia equivalente, certificaciones que acrediten competencias, y una mentalidad rigurosa orientada al control, la documentación y la operativa impecable de instalaciones complejas.

Formación y certificaciones profesionales

En España, los ciclos formativos de grado superior en Administración de Sistemas Informáticos en Red o en Sistemas de Telecomunicaciones e Informáticos constituyen una base excelente para iniciar una carrera en centros de datos. A partir de ahí, las certificaciones internacionales permiten avanzar hacia niveles de especialización y responsabilidad más altos.

Las certificaciones CompTIA A+ y Server+ consolidan los conocimientos en hardware, mantenimiento y soporte técnico. CCNA (Cisco) y Network+ validan competencias en redes y conectividad, mientras que ITIL Foundation acredita habilidades en la gestión de incidencias, cambios y servicios dentro de entornos críticos.

Para quienes aspiran a puestos de supervisión o gestión de infraestructuras, las certificaciones CDCP (Certified Data Centre Professional) y CDCS (Certified Data Centre Specialist) son especialmente valoradas por las empresas del sector.

Finalmente, dominar el inglés técnico resulta prácticamente imprescindible, ya que la mayoría de la documentación, las herramientas de monitorización y los sistemas de soporte de fabricantes y proveedores internacionales se presentan en ese idioma.

Conocimientos complementarios

El conocimiento transversal en áreas como electricidad, climatización y cableado estructurado aporta una ventaja significativa en el entorno de los centros de datos. Comprender un esquema eléctrico, analizar el flujo de aire en un rack o manipular con seguridad una unidad de alimentación ininterrumpida (UPS) son competencias que distinguen a un técnico altamente cualificado.

Del mismo modo, la familiaridad con sistemas de monitorización (DCIM), el manejo de protocolos SNMP y el dominio básico de scripting en PowerShell, Bash o Python permiten automatizar tareas, optimizar procesos y anticipar incidencias. Estas habilidades complementarias refuerzan la autonomía operativa y consolidan un perfil técnico completo preparado para entornos de alta exigencia.

Los perfiles más demandados en los centros de datos

En un centro de datos coexisten diversos perfiles profesionales, cada uno con funciones específicas pero unidos por un objetivo común: garantizar la continuidad, la seguridad y la eficiencia del servicio.

Técnicos de Data Center

 Constituyen la primera línea de operación y mantenimiento. Son responsables del montaje físico de servidores, la instalación y gestión del cableado, la configuración de switches y routers, el etiquetado, el inventariado y la sustitución de componentes. También atienden alertas del sistema y colaboran con equipos remotos para diagnosticar y resolver incidencias. Su labor combina precisión técnica y trabajo físico en entornos altamente controlados, donde un solo error puede afectar a centenares de clientes. Con la experiencia, pueden progresar hacia puestos de Lead Technician o Shift Supervisor, asumiendo funciones de coordinación y liderazgo operativo.

Especialistas en mantenimiento y facilities

 Se encargan de los sistemas que sostienen la infraestructura crítica: energía, refrigeración, control ambiental y seguridad física. Su función es garantizar que la temperatura, la humedad y el suministro eléctrico permanezcan dentro de los rangos establecidos. Supervisan generadores, UPS y sistemas de climatización de alta capacidad (CRAC y CRAH), contribuyendo directamente a la eficiencia energética y a la sostenibilidad, dos aspectos estratégicos en la gestión moderna de centros de datos.

Ingenieros de redes y seguridad

Operan sobre la capa lógica de la infraestructura. Configuran switches, firewalls, VLANs, VPNs y las conexiones con proveedores de Internet, asegurando una conectividad redundante, estable y segura. La ciberseguridad es ya una extensión natural de su trabajo: implementan medidas de bastionado, segmentación de redes y control de accesos para proteger los sistemas frente a amenazas internas y externas. Su papel es esencial para mantener la integridad y la resiliencia de las comunicaciones digitales.

Ingenieros de Servidores y Virtualización

Son responsables del diseño, despliegue y mantenimiento de las plataformas de cómputo que sustentan los servicios virtualizados. Administran hipervisores como VMware, Hyper-V, KVM o Proxmox, gestionan pools de recursos y optimizan el rendimiento de las máquinas virtuales. Su trabajo incluye la automatización, la gestión de imágenes, la configuración de contenedores y la orquestación con herramientas como Kubernetes. Aseguran la disponibilidad y escalabilidad del entorno, y colaboran estrechamente con equipos de redes, seguridad y almacenamiento.

Especialistas en Almacenamiento (Storage & Backup)

Son los responsables de los sistemas SAN, NAS y almacenamiento distribuido, diseñando soluciones de alta disponibilidad y replicación de datos. Administran cabinas, matrices de discos, redes Fibre Channel y tecnologías de snapshot y deduplicación. Además, garantizan la continuidad del negocio mediante políticas de backup y recuperación ante desastres (DR/BCP). Su trabajo es crítico en entornos con gran volumen de datos o cargas sensibles al rendimiento, como bases de datos o virtualización intensiva.

Analistas de Monitorización y Operación (NOC)

Supervisan en tiempo real el estado de la infraestructura física y lógica del data center utilizando plataformas de monitorización y telemetría. Detectan anomalías, generan alertas y activan los procedimientos de respuesta establecidos. Son un punto central de comunicación entre los equipos técnicos, recogiendo evidencias y haciendo seguimiento hasta la resolución de incidencias. Su capacidad para anticipar problemas reduce riesgos y mejora la disponibilidad del servicio.

Ingenieros de Automatización y SRE (Site Reliability Engineers)

Trabajan en la frontera entre desarrollo y operaciones, buscando maximizar la fiabilidad, escalabilidad y eficiencia del data center. Automatizan despliegues, tareas de mantenimiento y procesos repetitivos mediante herramientas como Ansible, Terraform o Python. Monitorizan métricas de disponibilidad, definen SLO/SLI y colaboran en arquitecturas que minimicen los tiempos de inactividad. Este perfil es especialmente relevante en data centers que soportan servicios cloud o despliegues a gran escala.

Gestores de Capacidad y Planificación (Capacity & Demand Planners)

Analizan las proyecciones de crecimiento, supervisan el uso de recursos (energía, espacio, racks, computación, red) y definen estrategias para la expansión del data center. Evalúan la vida útil del equipamiento, planifican reemplazos, consolidaciones y nuevas adquisiciones según la demanda. Este perfil combina análisis técnico con visión de negocio, facilitando que el data center mantenga su competitividad y pueda crecer de forma ordenada.

Especialistas en Cumplimiento y Auditoría (Compliance & Governance)

Aseguran que el data center cumpla normativas como ISO 27001, PCI-DSS, TIER-III/IV, SOC o GDPR. Diseñan políticas internas, revisan procedimientos, realizan auditorías y coordinan la preparación ante inspecciones externas. Trabajan en colaboración con los equipos técnicos para garantizar que la operación cumpla con los estándares de seguridad, privacidad y continuidad exigidos por los clientes y reguladores.

Ingenieros de Cloud Híbrido y Conectividad Multicloud

Diseñan y gestionan la integración entre el data center físico y plataformas cloud públicas, adoptando arquitecturas híbridas o multicloud. Configuran interconexiones seguras (Direct Connect, ExpressRoute, Cloud Interconnect), gestionan cargas distribuidas y garantizan la interoperabilidad de servicios. Son clave para empresas que evolucionan hacia modelos cloud sin abandonar sus infraestructuras on-premise.

Los profesionales que operan en estos entornos combinan conocimiento técnico, disciplina operativa y un profundo sentido del trabajo en equipo. Su éxito no se mide por la visibilidad de su labor, sino por la estabilidad silenciosa de los sistemas que nunca deben detenerse.
Los profesionales que operan en estos entornos combinan conocimiento técnico, disciplina operativa y un profundo sentido del trabajo en equipo. Su éxito no se mide por la visibilidad de su labor, sino por la estabilidad silenciosa de los sistemas que nunca deben detenerse.

Consejos para acceder a un puesto en un centro de datos

Acceder a un puesto en un centro de datos exige bastante más que saber “de informática”: es combinar una base técnica sólida, una estrategia profesional clara y una actitud muy orientada a la fiabilidad y a los procedimientos. En la mayoría de ofertas, sobre todo en perfiles de técnico de CPD o data center technician, el peso real lo tienen la experiencia práctica, las certificaciones y la disciplina operativa. Diversas guías de carrera y descripciones de puesto insisten en que, para niveles iniciales y medios, las empresas priorizan las habilidades demostrables en hardware, sistemas y redes frente a la titulación larga, que suele reservarse para funciones de diseño o gestión.

En el contexto español, el camino de entrada más habitual pasa por la Formación Profesional y por la experiencia en mantenimiento de infraestructuras TIC. Programas oficiales orientados al mantenimiento de centros de proceso de datos (como los itinerarios del SEPE para “Técnico en Mantenimiento de Servicio de un Centro de Proceso de Datos”, que exigen al menos un título de Técnico de Grado Medio en ramas de electricidad, electrónica o mantenimiento) marcan bastante bien el nivel de partida que se espera: conocimientos de base sólidos, pero sobre todo orientados a la práctica y al trabajo con equipos reales. Las ofertas de empleo de técnicos de infraestructuras de CPD en portales como InfoJobs o LinkedIn suelen repetir el mismo patrón: FP TIC o equivalente, experiencia en gestión y mantenimiento de infraestructuras, familiaridad con hardware de servidores y nociones de redes.

Genera experiencia práctica y demostrable

Entender qué tipo de trabajo se hace realmente dentro de un CPD ayuda a orientar el esfuerzo. Los puestos más habituales se mueven entre la operación física de sala (instalar y sustituir servidores, cablear, etiquetar, comprobar LEDs, gestionar inventario), la operación de redes (configurar y supervisar switches, routers, VLAN, firewalls) y la supervisión en remoto desde centros de control o NOC, donde se monitorizan alarmas, tickets y estados de servicio durante las 24 horas del día. A eso se suma toda la parte de infraestructura “invisible” pero crítica: electricidad, SAIs, generadores, climatización y, cada vez más, sistemas avanzados de refrigeración, incluyendo refrigeración líquida en los centros de datos de alta densidad. En este contexto, disponer de experiencia práctica realmente demostrable es uno de los mejores diferenciadores.

Desarrolla una mentalidad orientada a los procedimientos

Ahora bien, esa experiencia solo se vuelve “visible” si se documenta. Escribir procedimientos paso a paso, elaborar esquemas de red, capturas de las herramientas de monitorización e incluso pequeños informes de incidencias transmite algo que los reclutadores valoran mucho: iniciativa, rigor y capacidad de explicar el trabajo técnico por escrito.

Junto a la práctica, las certificaciones funcionan como una especie de “atajo” de confianza. En una industria muy estandarizada, demostrar que se domina un nivel básico de redes (por ejemplo, un CCNA o un Network+), de sistemas y servidores (Microsoft, Linux, Server+), de virtualización (VMware, Hyper-V, Proxmox) o de cloud y seguridad ayuda a filtrar candidatos cuando hay muchas solicitudes. Se recomienda especialmente centrarse en fundamentos de hardware de servidor, sistemas operativos y redes, y añadir después piezas de virtualización y servicios en la nube, porque eso refleja mejor cómo están construidos hoy los centros de datos modernos.

Sin embargo, lo que realmente define el trabajo en un centro de datos no es solo la tecnología, sino la cultura de procedimiento. En un CPD profesional casi ninguna actividad se hace de memoria: todo está ligado a procedimientos operativos estándar, checklists, políticas de cambio y documentación asociada. La literatura especializada sobre mejores prácticas insiste en la necesidad de SOP bien definidos y en la estandarización de tareas para garantizar la continuidad del servicio, facilitar la formación de nuevos técnicos y reducir errores, especialmente en operaciones repetitivas como provisión, reconfiguración o retirada de equipos. De ahí que, en procesos de selección, se valore especialmente a quienes demuestran comodidad trabajando con runbooks, sistemas de tickets y protocolos estrictos, y no solo con “intuición técnica”.

Mantén la constancia y la actualización continua

A todo ello se suma un paisaje tecnológico en rápida transformación. La expansión del cloud, el auge de la inteligencia artificial y del análisis masivo de datos están disparando la demanda de capacidad y, con ella, la presión sobre las infraestructuras físicas y energéticas. Informes sectoriales recientes describen una industria volcada en la automatización, el edge computing y la optimización energética, con un foco central en indicadores como el PUE, que mide la eficiencia energética de un centro de datos, y en la adopción acelerada de refrigeración líquida para soportar racks de alta densidad. Algunas coberturas de actualidad apuntan, además, a la tensión creciente entre el crecimiento de estos centros y las redes eléctricas, lo que obliga a priorizar ubicaciones con buena disponibilidad de energía y a explorar soluciones innovadoras, desde diseños ultraeficientes hasta proyectos tan singulares como centros de datos submarinos alimentados por energía eólica y enfriados con agua de mar. Para un candidato, no se trata de ser experto en todas estas tendencias, pero sí de demostrar que entiende el contexto en el que va a trabajar.

Finalmente, hay un componente menos visible pero igual de determinante: las habilidades de comunicación y el trabajo en equipo. El técnico de centro de datos que progresa es el que sabe redactar un ticket claro, describir una incidencia con contexto, síntomas, acciones realizadas y próximos pasos, y coordinarse con los equipos de redes, sistemas, seguridad, mantenimiento o proveedores externos sin generar ruido ni malentendidos. La capacidad para explicar de forma sencilla lo que ha pasado, por qué se ha tomado una decisión y qué riesgos se han evitado, pesa, a medio plazo, tanto en cómo saber cambiar un disco en caliente o etiquetar un cable.

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